Saltar al contenido
Escribana
  • Portada
  • Nosotros
  • CulturaAmpliar
    • Rincón Lector
    • Cine
    • Máscaras
    • Fotografía
  • Medio Ambiente
  • SociedadAmpliar
    • Noticias
    • Reportajes
    • Crónica
  • Podcast
  • Espiral de Letras
Escribana

Mi tía Lucha

30 de mayo de 202530 de mayo de 2025

Por Jesús Chávez Marín

―Caray, tío, cómo se ahorra con un Volkswagen ―le dije a mi tío Lizandro cuando compré mi Volkswagen recién sacadito de la agencia.

―No seas fallito, Carlos Augusto, no le vengas con chistes malos a tu tío; me lo pones de mal humor y luego no hay quien lo aguante ―atajó mi tía Lucha. En lo del chiste se refería a una frase de publicidad que sonaba mucho en la tele y en el radio donde anunciaban ese carro alemán.

Mi tío era adusto y alcohólico, no tenía ni un centímetro de sentido del humor, no hablaba con nadie y todos sus sobrinos le caíamos gordos; en especial yo que me dedicaba a baterista en un grupo de rock. “Es un bueno para nada”, le comentaba a su señora las muy muy pocas veces que le dirigía la palabra.

Yo estaba consciente de que a mi tío lo que le hacía falta era un toque para que se alivianara y empezara a pensar un poquito más allá de sus narices, y por el bien de la familia quería hallar alguna manera de convencerlo para que no fuera tan apretado, parecía de hule muerto.

―No es eso, tía, yo solo quise abrir conversación; ya sé que eso de “caray tío” es un chiste malo, pero no hallaba por dónde empezar y ya ve, ni se dio por enterado.

―Los estoy oyendo, los estoy oyendo ―ladró mi tío Lizandro, calándose su nuevo aparato en una de las orejas.

―Ja ja ja, tío eso sí tiene gracia. Habló como el que sale en los anuncios de la sordera.

―¿Cuáles anuncios? ¿De qué hablas, Carlos Augusto? A ti las drogas te tienen el cerebro como queso gruyer; sales con cada tarugada, ¿por qué no haces algo de provecho?

―Pero tío, soy un músico y ando ganando muy buena lana desde que me compré mi propia batería; ya no dependo de los caimanes y me llevo mi parte completa en los conciertos y en los bailes.

―Te digo. Andas en puras fiestas fumando mariguana a lo tarugo. Para que te lo sepas, el ser músico no es un trabajo decente, es más, no es un trabajo, punto.

Me extrañó que mi tío se explayara tanto, normalmente ni me pela y habla puros monosílabos. Se me hace que andaba pensando en alguna cosa que le preocupaba y por eso se ponía a regañarme.

Mi tía me dio un chocolate con empanadas en la cocina y me dijo: No le hagas caso, m´hijo, lo que pasa es que tu tío fue mariachi en sus juventudes, hizo giras y ganó mucho dinero; pero los del grupo lo corrieron por borracho. Luego se metió a una banda norteña pero ya no era lo mismo, se sentía frustrado como artista y más recio le dio a la tomada. Yo sé lo que te propones, y que lo haces por el cariño que nos tienes a todos los de la familia, pero vas a batallar mucho para conseguirlo. Mientras, ¿por qué no me rolas el toque a mí?, vamos, acompáñame al patio, allá nos lo fumamos.

Facebook

Contacto:
contacto@escribana.com.mx

© 2025 Escribana

Scroll hacia arriba
  • Portada
  • Nosotros
  • Cultura
    • Rincón Lector
    • Cine
    • Máscaras
    • Fotografía
  • Medio Ambiente
  • Sociedad
    • Noticias
    • Reportajes
    • Crónica
  • Podcast
  • Espiral de Letras