El éxodo y la mutación de La Bestia
No son uno ni diez, ni siquiera cien, son miles de migrantes los que llegan a Chihuahua huyendo de sus países de origen por diversos motivos. Vienen de Nicaragua, Honduras, Ecuador, Guatemala, Venezuela y El Salvador solo por mencionar algunos. Traen consigo un costal de sueños y las pocas pertenencias que, les es posible cargar en mochilas o bolsas “fayuqueras”; son adultos, jóvenes, niños y niñas que viajan en los brazos de su madre, mujeres embarazadas a punto de dar a luz a un nuevo ser que tendrá distinta nacionalidad, aunque el color de piel sea el mismo.
Las oleadas de migrantes se han intensificado en los últimos meses, convirtiéndose en un problema social que ya ha hecho crisis en la frontera donde los albergues son insuficientes para atender a quienes insisten en cruzar el río Bravo para establecerse en Estados Unidos, desafiando a la Ley y a las fronteras.
El pasado jueves 8 de diciembre el Gobierno del Estado de Chihuahua denunció el flujo migratorio descontrolado que de nueva cuenta se hacía presente en la entidad, sin que el Instituto Nacional de Migración ni el Gobierno Federal se hiciera presente.
Una caravana de 1,500 personas se aproximaba a la entidad desde Durango, donde habían estado secuestrados por criminales; entraría por Jiménez con rumbo a Ciudad Juárez. Era la primera ola de un tsunami imposible de detener. Los viajeros pernoctaron en un gimnasio, recibieron apoyo de la ciudadanía, durmieron, descansaron y optaron por continuar hacia su objetivo: el norte.
Dos días más tarde, el sábado 11 de diciembre, hombres y mujeres subieron a camiones y trailers gigantescos que los trasladarían hasta la ciudad de Chihuahua para dejarlos en la caseta de peaje de la carretera 45, rumbo a Juárez.
La idea que prevalecía en su interior es que la vida mejoraría llegando allá; la realidad es diferente.
La mutación de la bestia
La zona Noreste del estado de Chihuahua, que hace frontera con Texas y que incluye los municipios de Aldama, Coyame, Ojinaga y Manuel Benavides, se ha convertido en la nueva ruta de tráfico de migrantes mutado ahora en un negocio que el crimen organizado ha tomado en sus manos dejando de lado a los antiguos “polleros” e incluso al tren como medio de transporte.
La Bestia ha mutado.
La Fiscalía General del Estado –FGE-, ha reconocido la presencia de líderes narcotraficantes involucrados en esta modalidad de trata de personas que ha dejado decenas de víctimas.
Los migrantes centro y sudamericanos quieren llegar a Estados Unidos a cualquier precio y ante el blindaje de la frontera en Juárez, han optado por buscar nuevos caminos sin percatarse de que en este periplo están cayendo en manos criminales cuyo objetivo no es solo el cobro de la cuota sino también, el trasiego de droga hacia el país del norte para lo cual los utilizan como “mulas”
La ruta inicia en cualquiera de los países mencionados, cruza a México a través de una frontera porosa y mal atendida y continúa al norte en tren o en camiones de carga. Ciudad Juárez ha sido rebasada por las continuas oleadas de extranjeros que buscan asilo político en la Unión Americana, la urbe no da para más.
En esa realidad, los foráneos saben que necesitan otra vía para cruzar de manera ilegal el río Bravo; la han encontrado en la región de Ojinaga, punto donde según la autoridad se ha detectado la ocurrencia de un fenómeno migratorio y la existencia de un grupo criminal que maneja dicha actividad operando desde Aldama hasta Ojinaga. En la región de Juárez otras organizaciones criminales trabajan en el sector de Anapra y en el Valle de Juárez hasta Guadalupe-Tornillo.
La migración es un conflicto que se debe atender por los tres órdenes de gobierno, pero particularmente tiene que ser una estrategia nacional para que los estados fronterizos no sigan resintiendo las consecuencias del mismo. Al momento, se desconoce cuál es la cifra real de los extranjeros en México, particularmente en Chihuahua.
Horacio Echavarría, director del Centro de Estudios Multidisciplinarios en Investigación Intercultural –CEMII- ha señalado en múltiples ocasiones, el abandono del tema migratorio desde los diferentes ámbitos del gobierno lo que dado pie a que las condiciones de las personas en situación de movilidad sean de alto riesgo.
En 2019, Echavarría ya había advertido sobre el tema, señalando que Chihuahua pasaba de la alerta amarilla a la roja en materia migratoria.
En ese momento, la alerta roja obedecía a la presencia de un número cada vez mayor de migrantes provenientes de por lo menos una decena de países tanto de Latinoamérica como África y Asia. La señal amarilla no fue atendida y mutó a roja porque la migración se acentuó.
Por su parte, La Comisión Estatal de Derechos Humanos –CEDH- ha sido enfática al señalar el evidente delito de trata de personas que se presenta y las condiciones de alta vulnerabilidad en las que se encuentran dichos ciudadanos.
Chihuahua se ha convertido en un punto de tránsito pero también de retorno de migrantes, quienes ven como todo su esfuerzo de vida que han hecho en aras de alcanzar un sueño, termina colocándolos en situaciones desesperadas.
RUTA DE LA MIGRACIÓN EN CHIHUAHUA
*Torreón-Gómez Palacio hacia Jiménez-Camargo-Delicias hasta llegar a ciudad Chihuahua
*Desde la capital pueden seguir tres vías: hacia Ojinaga, Juárez y Casas Grandes-Juárez.
*Otros ingresan por la ruta del Pacífico a Sonora y de allí entran por Agua Prieta hacia Janos-Ascensión y Juárez. Esa es una zona de doble vía.
*Una tercera vía de ingreso a Chihuahua: desde Sinaloa toman el ferrocarril, atraviesan la sierra tarahumara y llegan a la capital para tomar las rutas mencionadas hacia la frontera
¿CÓMO LLEGAN?
*En autobuses públicos de pasajeros
*En camiones de carga
*En autobuses particulares
*En Ferrocarril
*A pie






