Saltar al contenido
Escribana
  • Portada
  • Nosotros
  • CulturaAmpliar
    • Rincón Lector
    • Cine
    • Máscaras
    • Fotografía
  • Medio Ambiente
  • SociedadAmpliar
    • Noticias
    • Reportajes
    • Crónica
  • Podcast
  • Espiral de Letras
Escribana

La realidad

17 de junio de 202517 de junio de 2025

Por Jesús Chávez Marín

1.         La realidad

La realidad también es una creencia con su propio ambiente de fantasía y sus fanáticos, tan agresivos como todos los fanáticos.

2.         Pastillas

La angustia dibuja en el rostro una silueta de futuro roto y suena en las palabras con estridencia. Hay pastillas para eso, oh claro. Como para todo.

3.         Novia linda

René Palomino quería muchísimo a Pamela Balderrama, pero ella trabajaba en la calle Décima y Libertad, ya saben, de la vida galante que le dicen. La conoció de chiquilla galopando en la pradera de La Casita, un rancho aquí cerca; en aquel entonces era casi el paraíso, todo verde y el río muy alegre siempre con agua cristalina y perfumada de jarillas.

Allí crecieron juntos y desde que estaban en sexto de primaria René quedó prendado de la bonita Pamela, una güerita de rancho nariz respingada, varita de nardo, melena de Janis Joplin.

Pero a la familia le llegó la de malas porque a su papá lo mataron de un balazo, les quitaron las tierras y la familia se vino a la ciudad, a la casa de una tía que era como el diablo: a su propia hermana la puso de sirvienta y a las tres bellas sobrinas las metió de plumas.

Pamela era la más chica, pero de todos modos.

René Palomino se quedó chiflando en la loma, literalmente, pues nunca se animó a venirse para acá, siguió de ranchero y no se casó; recordaba terco a la novia linda.

4.         Soy el que Silvia no quiso

¿Ven aquel camión blanco al fondo en la foto? Allí va Silvia Jau, la mujer que he querido toda la vida, misma que nunca me hizo caso y mejor prefirió juntarse con Víctor, un vecino de nosotros que era guapo y estrella del futbol llanero. Pero así le fue a la pobre, el tal Víctor era un bueno para nada; en cuanto La Mujer más Bella del Mundo, o sea Silvia, quedó embarazada, Víctor salió hecho la mocha, se fue de mojado a los Estados Unidos y no le mandó ni un dólar siquiera para la maternidad. Ella quedó casi en la miseria pues su papá la corrió de la casa, la mamá lloró mucho pero no la defendió, en el fondo estaba de acuerdo con el marido porque así se usaba en aquellos tiempos de cuando nuestra ciudad era poquito más salvaje que ahora. Silvia Jau se fue a Ojinaga donde se estableció como sirvienta en una casa rica, pero como no la admitían con el niño, se lo dejó a su hermana Emilia. Yo me casé con Emilia y juntos criamos a Carlitos. Le pusimos mi nombre y lo registramos como de nosotros. Con el tiempo me he ido olvidando de Silvia, aunque no te creas, es difícil. Ella sigues siendo la mujer más hermosa del universo para mis ojos y para mi corazón terco y un poquito imbécil.

Foto: Pedro Chacón

  • 1
Facebook

Contacto:
contacto@escribana.com.mx

© 2025 Escribana

Scroll hacia arriba
  • Portada
  • Nosotros
  • Cultura
    • Rincón Lector
    • Cine
    • Máscaras
    • Fotografía
  • Medio Ambiente
  • Sociedad
    • Noticias
    • Reportajes
    • Crónica
  • Podcast
  • Espiral de Letras