Las que no duermen
Salud Ochoa
Una mano femenina emerge de entre las rocas, con el dedo índice elevado en señal de ayuda quizá o tal vez como una metáfora que nos dice: estoy aquí, también cuento yo.
El resto de la imagen es oscura, tanto como puede serlo el fondo de un pozo o de una caverna, donde se esconden los secretos, las cosas y personas que alguien quiere que permanezcan ocultos a los ojos de los demás.
La mano, sin embargo, por sí sola muestra en su piel no solo los moretones violáceos del sometimiento o la agresión, sino todo lo que implica la violencia con la que se comete un feminicidio.
“Las que no duermen” (2024), es una novela de la autora española Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián 1969), que lleva de la mano al lector por la historia de Nash Elizondo, una psicóloga forense que mientras documenta el origen de una leyenda de brujería, encuentra el cadáver de una joven desaparecida tres años atrás.
El hallazgo se da en el fondo de una sima, ubicada en la zona de los Valles Tranquilos de Navarra, España, a la cual Nash ha descendido en busca de esos vestigios que la lleven a comprobar la existencia de los castigos medievales a las mujeres que eran consideradas brujas.
Sin embargo, tras encontrar el cuerpo de la joven Andrea Dancur, la historia da un giro inesperado poniendo de lleno a la psicóloga, no solo en la ruta de la investigación criminal del asesinato sino también, en el ojo del homicida que continúa en libertad.
Además, se enfrentará a otro enemigo invisible que en 2020 puso en jaque a los sistemas médicos del mundo: el COVID; pero, y quizá es parte de lo que la autora busca de manera reiterada en sus obras, Nash estará frente a sí misma y su historia de vida.
La desaparición y muerte de mujeres, particularmente de adolescentes y jóvenes, es una problemática que se extiende a lo largo y ancho del orbe, España no es la excepción.
En México, la violencia de género no ha dado tregua desde hace décadas, en tanto que, en Chihuahua, la situación no es más halagadora.
Acorde con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el lapso del 1 de enero al 31 de mayo de 2025, en el país se han registrado 274 feminicidios, o lo que es lo mismo, un promedio de 54 mujeres por mes, han muerto por el simple hecho de ser mujeres.
El 39.1 por ciento de las víctimas se concentran en seis entidades federativas, que, acorde a la información oficial son: Estado de México, Chihuahua, Baja California, Ciudad de México, Morelos y Sinaloa.
En el caso de Chihuahua, que durante el lapso mencionado ocupa el segundo lugar, ha reportado 17 eventos feminicidas.
Si bien, la obra de Dolores Redondo se concentra en un punto específico del país vasco, la temática que la autora aborda es universal y atemporal sin duda alguna, ya que la desaparición y el feminicidio –términos utilizados en la actualidad- existen desde hace siglos solo que con otro nombre u otros intentos por justificarlos.
La novela se extiende a lo largo de 595 páginas y ninguna de ellas tiene desperdicio. Desde el inicio, con el hallazgo del cadáver de Andrea, la tensión y el interés por un nuevo descubrimiento se sostiene.
A eso se suma, la profundización en la psicología de los personajes, los misterios ancestrales, los pasos que la protagonista da en territorios hostiles, con vistas hacia la crueldad, en un entorno de presagios, intuiciones, pero, particularmente en un mundo de mujeres que luchan y que aprenden a oponerse y sobreponerse a los embates cotidianos.
Más allá del feminicidio, la autora aborda un abanico de temáticas que las mujeres han enfrentado desde la antigüedad y que persisten en el siglo XXI a pesar de los grandes avances de la humanidad.
Además, uno de los grandes aciertos de Dolores en todas sus obras, es la contextualización que ofrece al lector, en escenarios descritos al detalle y aspectos sociodemográficos que permiten involucrarse de inmediato en la historia.
Dolores Redondo ya ha cautivado a los lectores con la trilogía del Baztán protagonizada por la inspectora Amaia Salazar. Esta vez es Nash Elizondo la protagonista, pero, como una muestra de lo que la suma de fuerzas femeninas puede lograr, la inspectora Salazar aparece en este texto, como parte de ese grupo de mujeres que se convierten en un sólido sostén para Nash.
Una obra altamente recomendable.


