Temía una decepción, Paula Hawkins lo evitó
Redacción Escribana
Primero leí la novela “Escrito en el Agua” y fue la admiración inmediata que sentí por el trabajo de Paula Hawkins, la que me llevó a buscar “La Chica en el tren” y más recientemente “A fuego lento”.
Al inicio de la lectura de esta última, temía una decepción. Debo decirlo porque es claro que no todas las obras de los escritores son siempre de la misma calidad, o en ocasiones ellos nos dejan un nivel tan alto que uno como lector siempre espera más.
Así que me dispuse a entrar a una historia compleja en la que la escritora aborda las posibles razones que pueden llevar a una persona que ha sufrido, a matar. Allí encontré a Laura, una joven que ha experimentado cosas terribles en su vida y que a duras penas se las arregla para lidiar con una existencia caótica, e Irene, una anciana solitaria.
La amistad que nace a partir del encuentro casual entre estos dos personajes se convierte en uno de los elementos centrales de la historia al igual que ocurre con el Regent’s Canal y las barcazas, que se erigen como hospederos silenciosos de un crimen y sus sospechosos.
Alrededor de Laura e Irene hay múltiples personajes que Paula Hawkins desglosa centímetro a centímetro, dejándonos claro que los seres humanos no son buenos o malos por completo, sino una telaraña de ideas, sentimientos, deseos y acciones que determinan el curso de su vida.
La novela, ambientada en Londres, está llena de tensión de principio a fin y al igual que en las obras anteriores, la autora entreteje las porciones de historia con exactitud de forma tal, que al final de cada página el lector solo quiere saber más.
Al término de la lectura no hubo decepción, sino confirmación de que Paula es una de las mejores escritoras de la actualidad.
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Paula Hawkins nació y creció en la antigua Salisbury, Rhodesia (actualmente Harare, Zimbabue), hija de los británicos Glynne y Anthony «Tony» Hawkins, profesor de economía y periodista económico. Se trasladó a Londres cuando tenía 17 años.
Estudió filosofía, política y economía en la Universidad de Oxford. Trabajó como periodista para The Times, en la sección de economía y más tarde como autónoma para diversas publicaciones. En 2009 Paula empezó a publicar historias románticas con el seudónimo de Amy Silver, llegando a publicar cuatro novelas.
Su popularidad llegó cuando en 2015, cambió la temática de sus historias y publicó La chica del tren, un drama de misterio que trata temas como la violencia machista o el abuso del alcohol. Según algunas publicaciones, tardó seis meses, trabajando de forma intensiva, en escribir ese libro en un momento en el que se encontraba en dificultades financieras, que le llevaron a pedir un préstamo a su padre para poder culminar su trabajo. En 2016, se realizó la primera adaptación cinematográfica del libro y lo demás es historia.
